Se trata de dar una introducción a la noción de pragmática y a todos los elementos que intervienen en la comunicación humana.
Un profesor de ELE debe ser consciente de que en el proceso de comunicación no solo son importantes los participantes, si no el contexto y entorno donde tiene lugar esa comunicación, así como la intención del hablante, la distancia social o la cortesia.
Los hablantes nativos somos capaces de interpretar eficazmente los usos lingüísticos, deducir y descodificar información. Muchas veces lo que comunicamos va más allá de lo que decimos, gracias a los procesos de la inferencia. Estos procesos se fijan en las representaciones lingüísticas y no lingüísticas, y de las dos se obtienen los contenidos, es decir, las implicaturas, que es la información que extraemos de la interpretación.
Hoy día ya no hay duda de que el punto central de la enseñanza de una segunda lengua es la competencia comunicativa. La competencia gramatical no es suficiente en el aprendizaje de una lengua extranjera, la adecuación al uso lingüístico juega un papel fundamental. Por tanto, la pragmática, que estudia todos los componentes relativos a este uso, se ha convertido en el eje, en torno al cual, circula la enseñanza y aprendizaje de una segunda lengua.
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